«Compra un teléfono, empieza un movimiento»: este es el lema del que se hace llamar el «smartphone del futuro», que se presentó el pasado miércoles en Londres. Se trata de un terminal bautizado con el nombre de Fairphone y que respeta los derechos de quienes construyen estos aparatos, así como el impacto medioambiental que provocan los materiales con los que se fabrican.
La empresa holandesa que da nombre al dispositivo «ético-solidario» se jacta de ofrecer con este móvil un hardware y un software de alto nivel y también de controlar todo el proceso de producción y el trabajo de los empleados que participan en la cadena. El Fairphone selecciona a los proveedores según criterios éticos, usando materiales fabricados en países en vías de desarrollo y excluyendo aquellos contaminantes y que financien algún tiempo de criminalidad, como el coltán en la República del Congo.
Asimismo, la empresa que ha elegido fabricar el teléfono en China, asegura tener como prioridad la monitorización de las condiciones de trabajo de sus empleados de la cadena de producción así como que sus contratos sean equilibrados y que los turnos de trabajo no sean extenuantes y cumplan con la ley.
Está pensado para que algunos de sus componentes puedan ser reciclables. El Fairphone está pensado para que algunos de sus componentes puedan ser reciclables y para que que su batería dure más tiempo que la de otros teléfonos y así ahorrar energía. Para ello usa una versión de Android 4.2modificada por la Kwame Corp., una compañía especializada en aplicaciones de utilidad social. Tiene una memoria interna de 16 GB, ampliable mediante microSD (32 GB de capacidad) y una RAM de 1 GB y un procesador de cuatro núcleos MediaTek 6589.
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